Daniel Claro Mimica
Ing. Agrónomo M. Agr. Sci, Lincoln University N.Z.
daniel@goldensheep.cl

La región de Magallanes, principal productora de corderos y única exportadora, en términos prácticos, basa sus precios en el mercado internacional. Hace 8 años el kilo vara FOB de cordero se exportaba a $US 2,0 Hoy día ese valor ha subido a $US 4,5.

En términos aproximados, el valor de 1 kg vara FOB es de $2.150 valor bruto. El costo aproximado de faenamiento llega a $3.500 por cordero. De esta forma, un cordero magallánico de 28 kg, con un rinde de 45% tendría un precio de $ 850/kg vivo y un valor de aprox. $23.500 por cordero.

En esta estimación no se ha considerado la utilidad de la planta faenadora, la que se vería reflejada en el valor FOB de la exportación y que por ende, habría que descontar de la base de cálculo para llegar al precio a productor.

Estos valores son atractivos para los productores magallánicos, que trabajan con un sistema extensivo de producción, con muy bajos costos y grandes volúmenes, obteniendo atractivas ganancias.

En el resto del país la situación es muy distinta. Se produce con un sistema muy ineficiente, a escalas muy pequeñas, casi de autoconsumo, para la gran mayoría de los productores (sobre el 70% de ellos con 10 ovejas de inventario). Los costos generalmente son superiores al valor de venta del mercado formal.

Los productores pequeños y medianos, han solucionado en una mínima forma su problema económico, comercializando su producción en el mismo predio, en el mercado informal, que paga hasta un 50% de sobreprecio por ventas al detalle. Sin embargo, sus costos son tan altos y volúmenes tan bajos, que con sus actuales estándares de producción necesitarían vender el kilo de cordero a más de $15.000 para obtener un negocio atractivo.

Este precio informal es imposible que pueda ser pagado por las plantas faenadoras, que tratan de exportar y de abrir el mercado formal, principalmente en supermercados. El consumo de carne ovina abastecido por el comercio formal, difícilmente llega a 0,3 kg per cápita al año, mientras que el de la carne equina se acerca a 1 kg.

El precio en supermercados es para mirar y no comprar, pues los cortes finos, como chuletas, lomo, sobrepasan los $15.000 por kilo y la pierna con hueso los $10.000. El precio top de los productos gourmet, es la chuleta francesa que sobrepasa los $29.000/kg.

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De esa forma, las ventas son insignificantes, aunque hay que reconocer que se ha avanzado bastante en los últimos 5 años, pues al menos hay oferta de carne de cordero todo el año.

El precio en feria es del orden de $1.000 por kilo vivo, que para corderos de 35 kg. retornan $35 000 brutos por cordero, a lo que hay que rebajar el 5% de comisión y 1.500 de flete. Así el precio, puesto predio, es del orden de $31.750. Este precio es el que reciben en promedio los medianos productores, siendo inferior en un 50% al de los pequeños, que venden informalmente en el predio.

Tanto el mercado de exportación como el local, no soportan como costo el valor del mercado informal, donde se comercializa sobre el 80% de los ovinos que no son magallánicos. Incluso los precios formales son similares al del mercado internacional, para corderos de 30 kg de peso vivo o 13 kg de canal en vara, que es el peso máximo con que pueden faenar hoy día los corderos en Chile, con las razas actualmente en uso. Sobre ese peso no se pueden exportar por exceso de grasa.

A manera de comparación los productores de Nueva Zelandia, reciben hoy día aproximadamente unos $ US100 por corderos de 38 a 40 kg. de peso vivo o 17,5 kg. vara, pero magros, que es lo que están produciendo con su actual genética. Este precio equivale a $1.175 por kilo vivo o aproximadamente un 20% superior al precio formal del mercado nacional.

En resumen, con el cambio adecuado de genética, no solo podemos aumentar en forma muy importante la eficiencia del negocio ovino de carne sino incluso mejorar en forma significativa el precio recibido por los productores.

Este análisis pretende establecer que el precio no es necesariamente  la mejor herramienta para aumentar la producción de carne ovina en Chile.

Afortunadamente, utilizando tecnología de punta, con sistemas intensivos de producción, se pueden obtener excelentes resultados económicos, con los precios del mercado formal, e incluso con precios ligeramente inferiores, como los de exportación.

Las mayores respuestas económicas del aporte de la tecnología se obtienen al utilizar praderas de excelencia, con manejo intensivo; tipo lechero de alto rendimiento y principalmente una genética, que produzca un aumento muy importante en la cantidad y calidad de los corderos.

La respuesta debe venir de los productores, para que cambiando de tecnología puedan rebajar notoriamente sus costos, aumentar en forma sustancial sus volúmenes y así tener un negocio muy rentable y formal.